Ya lo ves,
era tan solo un sueño y nada más
un leve y suave arrullo entre los dos
y desperté.
Comenzó
como otra bella historia más de amor
tratando de imitar nuestra ilusión
y ya se fue.
Hay que volver a nacer, recuperar el dolor
para sembrar el amor otra vez,
resucitar la ilusión que de cansancio murió
y se llevó nuestra fe.
Y esta vez,
buscando firmemente la verdad
rasgando nuestra triste realidad
volver.