Como si hablarle al mar fuera de locos
Y reírse del sol fuera fatal.
Después cuando tu quieta inquietud te hizo pasar
De un día gris hacia el alegre oscuro
Donde pudiera moverte como un muro.
Y que es terrible ese tener que dar
Y que esperar de una fruta bien podrida y sus hojas similares
Que te envuelven, que te pierden
En el triste camino de fangos que tú has hecho hoy,
Que te ensucias de tus pies hasta tu frente
Blanca, negra, muerta.