1. Creo, Señor, firmemente
que de tu pródiga mente todo este mundo nació.
Que de tu mano de artista, de pintor primitivista
la belleza floreció.
Las estrellas y la luna, las casitas, las lagunas,
los barquitos navegando sobre el río rumbo al mar;
/los inmensos cafetales, los blancos algodonales
y los bosques mutilados por el hacha criminal./
Creo en Vos, arquitecto e ingeniero,
artesano, carpintero, albañil y armador.
Creo en Vos, constructor del pensamiento,
de la música y del viento, de la paz y del amor.
2. Yo creo en Vos, Cristo obrero,