Escondi, concha nacar mis penas en ti,
y encontre en tu seno calor de mujer;
eres tu el espejo donde las sirenas se van
a mirar; y en tu afan de llorar,
convertidas en perlas tus lagrimas
brotan del mar.
Escondi, concha nacar mis penas en ti,
y encontre en tu seno calor de mujer;
eres tu el espejo donde las sirenas se van
a mirar; y en tu afan de llorar,
convertidas en perlas tus lagrimas
brotan del mar.