Que ironía
la boca que ahora me escupe
es la misma que ayer dijo que me quería
la roca que mi mano esculpe
debe proveer de alijos de alegría
cortados esta misma mañana
por una entrañable gitana
del cabañal
Que despilfarro
Mi reino por un vis a vis
con sexo, tabaco, hachís
y tus bragas de encaje en el suelo
la noche que estés por aquí
puede que me oigas decir
que existe un dios
y que vive ahí arriba en el cielo
Eres hermosa
Va a dar la media noche y si tu no me abrazas
todo mi coche se hará calabaza
y (si) no hay zapatos de cristal de mi talla
será mejor que me vaya
por donde vine.
Mi reino por un vis a vis
con sexo, tabaco, hachís
y tus bragas de encaje en el suelo
la noche que estés por aquí
puede que me oigas decir
que existe un dios
y que vive ahí arriba en el cielo
Como dos gotitas, de lluvia en un cristal,
cayendo dibujando una trayectoria mortal,
nos encontramos muy cerca del final,
confluyendo en la gota que cayó en tu lagrimal,
haciendo malabares por tu seno maxilar,
tú me preguntaste, por dónde quedaba el mar,
y cayendo hacía al vacío, en una noche de rocío,
dije antes de impactar, ¡Ay dios mío! nosotros somos el mar.
Y ahora no me quieres ni escuchar,