Un par de horas en un bar para olvidar,
después el día no podrá con mis ojos.
Dejo a mis ojos ver allí y nada atrapa mi atención.
Se me hizo piedra el corazón, respiro igual.
Mi furia antigua se licuó y me silenció.
¡Ay! Pajaritos, bravos muchachitos
¡Ay, pajaritos, bravos muchachos!