Aparece, empuña su belleza
y la ciudad retrocede un instante
Yo la miro desde el fondo del oleaje del recuerdo
de los besos que perdimos en combate
Saltábamos, canguros, de bar en bar,
eran años chiflados
Napoleones que juraban lo injurable
en la placita del barrio
Fueron tiempos deliciosos, yo sé,
la vida te da y te come
Años de salir a revisar
los bolsillos de la noche
Me decía: usemos las estrellas de zaguán,