Desde la azotea las macetas son la jungla de mis sueños,
Más allá del tendedero y del cuchicheo del lavadero
despeino el cielo;
A mi comadre no le cabe en la cabeza que a esta edad
Me de por ver castillos en el viento.
Desde la banqueta siete ratas asombradas me rodean,
Más allá de la miseria y de los delirios de grandeza
observo un reno;
Y al policía no le cabe en la cabeza que a esta edad
Me de por ver castillos en el viento.
Pero yo despeino el cielo
Mientras un escuincle ríe tras las nubes de mi pelo;
Y es curioso que a esta edad se asome
Por ahí ese niño que hay en mí.
Desde la camisa de fuerza y la corbata que estrangulan,
Más allá de la cordura de quien va perdiendo la figura
aleteo;
A mi psiquiatra no le cabe en la cabeza que a esta edad
Me de por ver castillos en el viento.
Desde el calabozo tras las rejas donde cumplo mi condena,
Más allá de la injusticia de quien pone una cadena eterna
levanto el vuelo;
Y al carcelero no le cabe en la cabeza que a esta edad
Me de por ver castillos en el viento.
Pero yo despeino el cielo
Mientras un escuincle ríe tras las nubes de mi pelo;
Y es curioso que a esta edad se asome
Por ahí ese niño que hay en mí.
Intermezzo: G * D * Em * C * G * D *
Desde la azotea las macetas son la jungla de mis sueños,
Más allá del tendedero y del cuchicheo del lavadero
despeino el cielo;
A mi comadre no le cabe en la cabeza que a esta edad
Me de por ver castillos en el viento.
Pero yo despeino el cielo
Mientras un escuincle ríe tras las nubes de mi pelo;
Y es curioso que a esta edad se asome
Por ahí ese niño que hay en mí.
Final: G * D * Em * C * G * D *