Te quise acariciar tan débilmente
que me colgué un clavel en la cintura
para que me naciera la ternura
en el mismo lugar de poseerte.
Me quice contener y de repente
se me apagó el clavel en un exceso
y te bordé la boca sobre el beso
con la rudeza que el amor desprende.
Y te voy a amar y a combinar a mi manera
y te voy a dar la libertad de las mareas
para ganar tu orilla con mi mano
y detenerte en el verano a penas.
Y te voy a amar en la bondad y en la fiereza
con la fugaz complicidad de las estrellas
de tus caderas a mis labios
nuestra ternura se hizo acaso cierta.
Te quise convencer tan brevemente
desde un par de caricias trasnochadas
y se quedó el amor sobre la almohada
jadeando de pasión por conocerte.
Me quise contener y de repente
me desperté anhelante de suspiros
y te abracé urgente de cariño
ya como el más febril adolescente.