Tengo un candombe para Gardel,
lindos recuerdos yo tengo de él,
y hablo de un tiempo que fue muy gris
con la pobreza cerca de mi,
sólo su voz me ponía feliz.
Lindo sombrero tenía Gardel,
blanca sonrisa como un clavel,
cuántos candombes yo quise oír
interpretados por Don Gardel
pero la cosa no pudo ser.
Los muchachos de la barra callejera
que sentimos el candombe bien de bien
nos sentamos a cantar en la vereda
con tambores algún tango de Gardel
y una muchacha que pasaba
relojeando el tamboril
qué calor hace en abril