Pronto por la mañana suena el despertador,
te tiras de la cama y arrancas el motor.
Métele prisa al tiempo, que no pare de correr,
que no te quede un momento y nadie te pueda coger.
Ganas velocidad, que no llego ni a verte.
Pasas sin parar; trincas lo que te den.
El tiempo paró porque no puede cogerte.
¡Baja de ese tren!
Miro por mi ventana la vida en la que crees.
Tú produce y trabaja; yo andaré del revés.
Sales de buena tarde, coge el coche otra vez