Un millón de casas mudas y un farol
que apaga el az del sol
y el rencor de aquella luna
que se va por el espejo del retrovisor
y no saber si uno ha de volver
a ese lugar que amó y fue la voz
de un acertijo entre los ciegos
de este alfabeto para locos.
Yo no sé que preparó en su arcón
pues entendió qué es tocar.
Tocar sabiendo que no alcanza
cuando te comen hasta el alma
ser corazones de los otros
es un oficio peligroso
otro acertijo para ciegos
un alfabeto para locos de verdad.
Sé que tengo que dormir
en las copas del licor
teclas que transpiran,
transpiradas de otras vidas
sin saber lo que doy
tan cansado de soñar los sueños por la mitad
me escapé, marqué tres y así como me ven
sin vanidad sembré.
Un millón de casas mudas, compartir