Si en el firmamento poder yo tuviera,
esta noche negra, lo mismo que un pozo,
con un cuchillito de luna lunera,
cortara los hierros de tu calabozo;
si yo fuera reina de la luz del dia,
del viento y del mar,
cordeles de esclavo yo me ceñiría
por tu libertad;
ay pena, penita, pena, pena de mi corazón,
que me corre por las venas, pena, con la fuerza de un ciclón;
es lo mismo que un nublado de tinieblas y pedernal,
es un potro desbocado, que no sabe a dónde va;
es un desierto de arena, pena,
es mi gloria en un penar, ay penar, ay penar,
ay, pena, penita, pena.
Yo no quiero flores, dinero, ni palmas,
quiero que me dejes llorar tus pesares,
y estar a tu vera, cariño del alma,
bebiéndome el llanto de tus soledades;
me duelen los ojos de mirar sin verte, reniego de mí,
que tiene la culpa de tu mala suerte, mi rosa de abril;
ay pena, penita, pena, pena de mi corazón,
que me corre por las venas, pena, con la fuerza de un ciclón;
es lo mismo que un nublado de tinieblas y pedernal,
es un potro desbocado, que no sabe a dónde va;
es un desierto de arena, pena,
es mi gloria en un penar, ay penar, ay penar,
ay, pena, penita, pena.