Lloraba junto a la tarde, desde la orilla mirando el río
Aquel mismo que en verano, sabía campearse abriendo camino
La ausencia del agua suele, hacerle grieta en la esperanza
Inquietan su alma y duele, que el destructor nunca se cansa.
Gritaba ayúdame cielo, que mis hijos vean de nuevo.
Que no tenga que contar el pilcomayo como un recuerdo
Gritaba ayúdame amigo, en nombre de mis hermanos
No te olvides que del río viene la vida para mi pueblo.
A veces bajo la lluvia se nos confunde mirando lejos