Esta noche vuelvo a percibir su olor,
hoy el cielo oscurece para mí
y allí crece perfecta.
La puedes ver brillar
a la luz de las estrellas
en su jardín,
en el jardín de la duermevela.
Es el jardín donde el alma sueña.
(1)
¿No lo veis? Me ofrece su bendición
y su amor de muerte.
¿No comprendéis que yo ya no soy yo
cuando ella entra en mi carne y me pone a morir?
Buscadme allí,
en el jardín de la duermevela.
(1)
El hombre gordo nos contaba
en el jardín de la duermevela.
En el jardin de la duermevela