Tenía los ojos como el maldito diablo, me dijo y después se echó a correr
me empezó a doler de a poco la sombra y no paro más de llover.
Un espejo se ha prendido fuego en calma y del dolor pase al placer
este mundo no es amable ni prolijo y las esquirlas por todas partes van a caer.
Bienvenidos, bienvenidos al veneno de la soledad
bienvenidos, (pueden venir cuantos quieran), al veneno de la soledad.
Tenía los ojos como el maldito diablo, me dijo y después se echó a correr
me empezó a doler de a poco la sombra y no paro más de llover.