Ciego que apuntas y atinas,
caduco Dios y rapaz,
vendado que me has vendido,
y niño mayor de edad,
por el alma de tu madre
-que murió siendo inmortal,
de envidia de mi señora-
que no me persigas más. (bis *)
*(que no me persigas más)
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
2. (A)