Hay cada día, entre nosotros
mayor contradicción y adversidad,
será que la rutina nos llevó
al desencanto, a la mentira.
Faltan caricias, sobran enojos
y a diario se contempla un cielo gris,
tal vez la vida misma contagió
a nuestras mentes, con la desdicha.
Y es que se ha vuelto tan distante,
tan ajeno e inconstante nuestro amor,
que ahora un abismo nos separa
y nos provoca el no mirarnos a los ojos.
Y es que no hay modo de besarnos
de la forma en que lo hacíamos tu y yo,
porque el orgullo nos abarca
y nos envuelve en soledad
como a dos tontos,
como a dos tontos.
Quien lo diría, hoy somos otros
propongo que dejemos de fingir,
la llama de este fuego se apagó
desde hace tiempo, no hay alegría.
Y es que se ha vuelto tan distante,
tan ajeno e inconstante nuestro amor,
que ahora un abismo nos separa
y nos provoca el no mirarnos a los ojos.
Y es que no hay modo de besarnos
de la forma en que lo hacíamos tu y yo,
porque el orgullo nos abarca
y nos envuelve en soledad
como a dos tontos,
como a dos tontos.