Temo haber vivido mi vida como si ello fuera un simulacro.
Como si yo tuviera el don de vivir por mí dos veces.
De haber dejado a un lado la que importa en prenda de una vez futura,
y haber malgastado en borradores la presente.
De no saber que la vida sucede a medida que sucede.
Y que no hay una vida en serio y otra vida de licencia.
Que cada ensayo, cada error, en suma forman
las constantes y variables del álgebra de la existencia.
Y en esa ecuación que es cosa resuelta estamos.
Esbozada débilmente en el margen de un folio en blanco.
Siento no haber sido tan audaz de un trazo algo más firme.
De haber perdido un tiempo de oro en pruebas y en ensayos.
Y ahora es tarde,
algo tarde.
Pues temo ir ya malherido.
Temo haberme consumido
como si yo
tuviera el don
de vivir
dos veces.
Temo haber vivido mi vida como si ello fuera un simulacro.
Y he sido un mal actor confiando en la noche del estreno.
Pero qué vida será la que prolongue o dé segundas funciones,
si en ella todo es rol improvisado y relleno.
Temo haberme pasado la vida reuniendo el valor que me falta,
y declarando intenciones solemnes frente a un espejo.
Dejando las cosas para una mejor ocasión que no llega.
En el fondo he estado siempre en babia y con la mente muy lejos.
Y ahora es tarde,
algo tarde.
Pues temo ir ya malherido.
Temo haberme consumido
como si yo
tuviera el don
de vivir
dos veces.