Mi vida, triste jardín, tuvo el encanto de tus perfumes y tu carmín.
Brotaste de la ilusión y perfumaste con tus recuerdos mi corazón.
Rosa, deslumbrante, divina rosa que encendió mi amor, eres en mi vida,
remedo de la herida que otro amor dejó.
Rosa, palpitante, que en un instante mi alma cautivó,
Rosa, la más hermosa, la primorosa flor que mi ser perfumó.