Está gritando, ya sé que no se entera
y el corazón escucha tu cabeza
pero adónde vas, que estás escuchando
que hay de tu orgullo, que habíamos quedado.
Miro sus ojos que un día me miraron
busco tu boca, tu manos, tus abrazos
pero tú no sientes nada y te disfrazas de cordialidad.
Ni una sola palabra, ni gestos ni miradas apasionadas
ni rastro de los besos que antes me dabas hasta el amanecer
ni una de las sonrisas por las que cada noche y todos los días
sollozan estos ojos, en los que ahora me ves.
Como un juguete que choca contra un muro
salgo a encontrar y me pierdo cuándo busco
una oportunidad, un milagro o un hechizo
volverme guapa y tú guapo conmigo.
Frente a los ojos que un día me miraron
pongo mi espalda y aquí unos cuántos pasos
y me apunto otra derrota, mientras mi boca dice nunca más.
Ni una sola palabra, ni gestos ni miradas apasionadas
ni rastro de los besos que antes me dabas hasta el amanecer
ni una de las sonrisas por las que cada noche y todos los días
sollozan estos ojos, en los que ahora me ves.