Amores que se fueron, amores peregrinos,
amores que se fueron, dejando en el alma
negros torbellinos.
Igual que a las espumas que lleva el ancho río,
se van mis ilusiones, siendo destrozadas
por el remolino.
Espumas que se van, bellas rosas viajeras,
se alejan en danzantes y en pequeños copos
ornando el paisaje.
Ya nunca volverán, las espumas viajeras
como las ilusiones, que te depararon
dichas pasajeras.
Espejos tembladores de aguas fugitivas,