Por seiscientos pesos que me da asté a la simana
como criada yo no admito tanta descriminación,
yo jui titulada in las colonias di más fama,
siempre qui mi corren mi dan ricomendación.
Asté por sus fierros quieri coma in la cocina
cuando tingo por costumbre comer in il comedor
y a mí si mi trata como dama mesalina
o mi sindicato pone huelga en su cantón.
¡Ujuy! Yo soy la criada,
atrás cobardes patronas dil montón.
¡Ujuy! Filo de espada,
yo me hecho al plato cualquier refrigerador.
Sábado y domingo mi voy de fin de semana
y tengo los viernes en la sala recetción,
mi livanto a diario a las once de la mañana
y mi desayuno viendo la televisión.
Voy por los mandados pa clavarme los descuentos
guisa la siñora y al jardín mi marcho yo,
y mientras los niños corretean rete contentos,
yo echo mi noviada con el cuico Nicanor.
¡Ujuy! Yo soy la criada,
atrás cobardes patronas dil montón.
¡Ujuy! Filo de espada,
yo me echo al plato hasta la cena dil siñor.
Ora hablando de éste, voa contarles mi aventura
cuando por cilosa una patrona mi corrió,
anda por el mundo sin su padre una criatura,
niego su apedillo, secreto de profesión.
En el trochimochis de la vida una si incuentra
con cada canalla de patrón, ¡válgame Dios!
Que si una se aguanta la patrona la revienta,
pero ha habido casos que hasta corren al patrón.
¡Ujuy! Yo soy la criada,
soy más mimada qui los niños dil patrón,
¡Ujuy! No soy impliada,
soy di la casa otra siñora dil señor.