Ella, se desliza y me atropella. Y, aunque a veces no me importe
sé, que el día que la pierda, volveré a sufrir por ella,
que aparece y que se esconde; que se marcha y que se queda;
que es pregunta y es respuesta; que es mi oscuridad, mi estrella.
Ella, me peina el alma y me la enreda; va conmigo pero no sé dónde va.
Mi rival, mi compañera; que está tan dentro de mi vida y, a la vez, está tan fuera
sé que volveré a perderme y la encontraré de nuevo pero con otro rostro
y otro nombre diferente y otro cuerpo, pero sigue siendo ella,
que otra vez me lleva; nunca me responde, si al girar la rueda
Ella, se hace fría y se hace eterna; un suspiro en la tormenta a la que tantas veces
le cambió la voz, gente que va y que viene y, siempre es ella,
que me miente y me lo niega; que me olvida y me recuerda.
Pero, si mi boca se equivoca, pero, si mi boca se equivoca y, al llamarla
nombro a otra, a veces siente compasión por este loco, ciego y loco corazón
Sea, lo que quiera Dios que sea, mi delito es la torpeza de ignorar
que hay quien no tiene corazón, y va quemando, va quemándome y me quema.
Y, ¿si fuera ella?
Ella me peina el alma y me la enreda; va conmigo digo yo mi rival, mi compañera,
esa es ella, pero me cuesta cuando otro adiós se ve tan cerca.
Y la perderé de nuevo y otra vez preguntaré mientras se va y no habrá respuesta.
Y, si esa que se aleja la que estoy perdiendo
Y, ¿si esa era? y, ¿si fuera ella?
Sea, lo que quiera Dios que sea, mi delito es la torpeza de ignorar
que hay quien no tiene corazón, y va quemando, va quemándome y me quema.
Y, ¿si fuera ella?
A veces siente compasión por este loco, ciego y loco corazón
¿Era? ¿quién me dice si era ella? Y, si la vida es una rueda y va girando
y nadie sabe cuando tiene que saltar y la miro y, ¿si fuera ella?
¿si fuera ella?