Ha llegado la hora de decir la verdad,
de poner las cartas sobre la mesa
El verano llega, el pasado pesa
como pesa la noche en la ciudad,
como barren las hojas en las aceras,
como las averías definitivas,
como el campo que eran las avenidas,
como el sol que quema algunos días de agosto.
Un hombre solo, una mujer,
así tomados de uno en uno
son como polvo, no son nada,
no son nada.
Abrirás la puerta y no será él,
cerrarás los ojos y estará ella.
Los aviones vuelan a ras de tierra
pero van a toda velocidad.
Estos días lentos en el verano
te abren en dos como un cirujano
que descubre que ya no tienes
nada por dentro.
Oh, oh, oh oh, oh, por dentro.
Oh, oh, oh oh, oh, por dentro.
Un hombre solo, una mujer,
así tomados de uno en uno
son como polvo, no son nada,
no son nada.
Abrirás la puerta y no será él,
cerrarás los ojos y estará ella.
Los aviones vuelan a ras de tierra
pero van a toda velocidad.
Estos días lentos en el verano
te abren en dos como un cirujano
que descubre que ya no tienes
nada por dentro.
Oh, oh, oh oh, oh, por dentro.
Oh, oh, oh oh, oh, por dentro.
Oh, oh, oh oh, oh, por dentro.
Oh, oh, oh oh, oh, por dentro.
Oh, oh, oh oh, oh, oh
Oh, oh, oh oh, oh, oh