llego el invierno con sus rigores, las bellas flores a hacer sufrir,
ellas marchitas llenas de pena, al fin tuvieron que sucumbir,
las azucenas leales y bellas, a los claveles vieron morir,
y las magnolias se deshojaron, llorando a solas su triste fin.
Lindo, bello y bonito jardín, lleno de encanto en el florido mes de abril,
con el perfume que emanaba del jazmín, horas muy gratas a su lado yo pasé;
bellas acacias y dalias, azucenas puras y fragantes, forman un edén de amor
Luego cuando el verano al venir, el sol irradia su benéfico calor,
la primavera no hallará en el jazmín el dosel de oro que mi amada ocupó,
y en el jardín del ensueño, no hallará la gentil azucena,
Ni al amante ni a la amada de él.
Ni a la amante ni a la amada de él