Si no dejera
que lo habia pensado
que estaba escrito
y siempre te esperé,
yo desearía ser la poesia
y la melodia
que siempre soñé.
Busqué en el mar,
busqué en el cielo,
en la lluvia
y el atardecer.
Besé, llamé
por mucho tiempo
y de pronto en un cristal
tu imagen se reflejó.
Llegaste tú, sólo tú,
y tu risa
despertó mi alma
como flor
de una y mil fragancias
que va creciendo
en mi jardín.
Llegaste tú, sólo tú
como canto en la madrugada,
como lágrima no programada,
como rocío en mi piel.
Llegaste tú.