Yo me siento solo algunas veces
y miro alrededor contemplando el sol,
Terminando por soñar.
En quimeras que no podrán nunca
Cambiar mi parecer, mi forma de pensar
Y encontrarme un nuevo amor.
Sueño con un duendecillo
Que dice que viene de una antigua corte,
Que conoce al rey Arturo
Y que es discípulo de Merlín.
Y empieza a jugar con mi mente tal vez y se burla.
Con su risa agria y carcomida,
Gozne de metal cubierto por orín.
No me deja meditar.
Siempre antes de marcharse
Cuenta una leyenda para entretenerme,
Y al final me recomienda
Para eludir la preocupación
La mujer, la música y el vino.
Y con esta razón me vuelvo a recobrar
Y a vivir la realidad.
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